Por Juan Grullón
La ciencia política a lo largo de los años ha definido el quehacer político, colocando la política como una de las actividades más relevantes para el desenvolvimiento de un Estado o país, insertando al ciudadano en una actividad eminentemente altruista (sin esperar nada a cambio), contribuyendo al desarrollo de la sociedad a la que pertenece y creando espacios democráticos que ayuden a elevar las más anheladas reivindicaciones sociales.
El político en esencia en un impulsor de ideas y conceptos que ayudan a conformar los mecanismos de concertación para canalizar el bien de la sociedad.
La vocación de servicio es una de las cualidades con la que debe contar toda persona que dentro de su sociedad quiere hacer carrera política y servirle a los demás, aumentando su calidad de vida, todo líder político es una persona que no está apegada a prebendas ni saca ventajas de posiciones que lo catapulten a cargos más altos.
-La vocación de servicio se pone presente en las acciones que dan como resultado el cese de la “Impunidad”, la lucha contra la corrupción y el clientelismo político-.
*Continuación…
Siendo determinante en el desarrollo de políticas apegadas a luchar contra este gran mar que aqueja a una gran parte de la población mundial. Los hombres y mujeres que abrazan la política tienen sobre sí la responsabilidad de actuar conforme a sus conciencias y sus ideologías apegadas a la ética y la moral; factores fundamentales de acto de servir al pueblo.
Sin lugar a dudas, las sociedades que cuentan con ciudadanos consientes del rol que tiene que jugar, de la educación y los principios que moldean al hombre, hace que este se preocupe por las grandes reivindicaciones sociales, convirtiéndolo en un motor impulsor de agigantadas ideas, arquitecto de retos, convirtiendo al político en el gran “salvador de las reivindicaciones de su pueblo”.