Madrid.- El líder socialista, Pedro Sánchez, es el nuevo presidente del Gobierno de España en sustitución de Mariano Rajoy, dos años después de que renunciara a su escaño por no querer facilitar la investidura del político conservador.
Sánchez (Madrid, 1972) fue elegido este viernes en el Congreso ya que recabó el apoyo de 180 diputados, cuatro por encima de los 176 necesarios para la mayoría absoluta.
El actual secretario general del PSOE se convierte en el séptimo presidente del Gobierno desde la restauración democrática en 1977 sustituyendo a Rajoy, su rival político, con el que ha tenido una relación fría y distante, excepto la postura común que ambos han mantenido contra el proceso independentista catalán.
En el primer debate electoral en que ambos participaron en 2015, Sánchez, como candidato socialista, llegó a decir a Rajoy que no era un político “decente”, a raíz de los casos de corrupción que amenazan desde hace años al Partido Popular (PP, centroderecha).
El partido socialista (PSOE) presentó la pasada semana una moción de censura contra el Gobierno del PP después de que ese partido
fuera condenado por lucrarse en una trama de corrupción y de quedar acreditado en la sentencia que contaba con una caja “B”.
Sánchez es el tercer presidente socialista del Gobierno español desde 1977 pese a que el PSOE solo tiene 84 diputados en una Cámara de 350 escaños, la menor representación de este partido desde la restauración democrática, por lo que ha tenido que contar con el apoyo de varios grupos políticos.
Pero no ha sido la primera vez que Sánchez desafía a la aritmética parlamentaria y se ofrece como alternativa al PP y a su líder, Mariano Rajoy, con el argumento de que hay que regenerar la vida política española.
Ya intentó ser presidente del Ejecutivo español en marzo de 2016, después de que Rajoy renunciara a hacerlo aunque el PP había ganado las elecciones de diciembre de 2015, postura que provocó la convocatoria de nuevos comicios, que volvió a ganar el Partido Popular.
En esta ocasión, el líder socialista defendió la moción de censura desde una posición nueva en el parlamentarismo español, ya que no es senador ni diputado.