Un proceso previamente indocumentado hace que el derretimiento de las capas de hielo glacial cambie el océano de una manera que acelera aún más la tasa de fusión del hielo y el aumento del nivel del mar.
Liderada por el Instituto de Estudios Antárticos y Marinos, de la Universidad de Tasmania, y publicado en la revista ‘Science Advances’, una nueva investigación descubrió que el agua de deshielo glacial hace que la capa de la superficie del océano sea menos salada y más flotante, evitando la mezcla profunda en invierno y permitiendo que el agua cálida a profundidad retenga su calor y derrita glaciares desde abajo.
“Este proceso es similar a lo que sucede cuando se pone aceite y agua en un recipiente, con el petróleo flotando en la parte superior porque es más liviano y menos denso”, pone como ejemplo Silvano. “Lo mismo sucede cerca de la Antártida con agua de deshielo glaciar, que se mantiene por encima del agua oceánica más cálida y salada, aislando el agua tibia de la fría atmósfera antártica y permitiendo que provoque un mayor derretimiento de los glaciares”.
“Descubrimos que, de esta forma, el aumento del deshielo de los glaciares puede provocar una retroalimentación positiva, impulsando un mayor derretimiento de las plataformas de hielo y, por lo tanto, un aumento en el incremento del nivel del mar”, añade.
El estudio descubrió que el agua de deshielo fresca también reduce la formación y el hundimiento de agua densa en algunas regiones alrededor de la Antártida, lo que ralentiza la circulación oceánica, que absorbe y almacena calor y dióxido de carbono.
“Las aguas de deshielo glaciales frías que fluyen de la Antártida causan una desaceleración de las corrientes que permiten al océano extraer el dióxido de carbono y el calor de la atmósfera. En combinación, los dos procesos que identificamos se alimentan entre sí para acelerar aún más el cambio climático”, apunta Silvano, diciendo que se ha propuesto un mecanismo similar para explicar el rápido aumento del nivel del mar de hasta cinco metros por siglo al final del último periodo glacial hace unos 15.000 años.