Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers, la gran rivalidad de la NBA en el siglo XXI, vive a partir de este jueves su cuarto episodio consecutivo en las Finales, esta vez con los californianos como favoritos frente a un LeBron James ante el mayor reto de su carrera.
Se trata de la primera vez en la historia, ya sea en la NBA, la NFL, la MLB o la NHL, que las Finales enfrentan a los mismos equipos por cuarto año consecutivo.
En la NBA, únicamente en 12 ocasiones se midieron los mismos rivales en años seguidos. Ni siquiera hubo un mismo enfrentamiento durante tres temporadas seguidas.
En 2015, los Warriors derrotaron a los Cavaliers para alzarse con su primer campeonato desde 1975, y en 2016 Cleveland consiguió el primer título de su historia tras una histórica serie en la que remontó un 1-3 adverso. El año pasado, Golden State se impuso en cinco partidos para alzarse con su segundo trofeo Larry O’Brien Trophy en tres temporadas.
LeBron James se presenta así a su octava Final de la NBA consecutiva y la novena de su carrera. Solo cinco jugadores más, todos ellos miembros de los Boston Celtics durante las décadas de 1950 y 1960, han llegado a al menos ocho Finales de la NBA.
A sus 33 años y en su decimoquinta temporada, James, con 100 partidos a sus espaldas esta campaña, se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera profesional -para algunos, el mejor- y viene promediando 34 puntos, 9,2 rebotes y 8,8 asistencias en las eliminatorias por el título.
Ante sí tiene el que los expertos consideran el mayor reto de su carrera: llevar al campeonato a una plantilla con menos calidad que la del año pasado y modificada en buena parte a mitad de temporada (llegaron George Hill, Rodney Hood, Larry Nance Jr. y Jordan Clarkson).
Además, Cleveland podría empezar las Finales sin Kevin Love, aquejado de una conmoción cerebral.